El fin de semana hemos estado en la playa. Como a Teresa ya le habíamos anunciado los planes desde que terminé de trabajar el viernes no paró de dar saltos detrás de mí por toda la casa diciendo “vamos ya”. Con lo nerviosa que estaba mientras yo preparaba las últimas cosas para irnos ya me imaginaba cómo iba a ser el viaje. Casi desde que montamos en el coche empezó a preguntar si ya estábamos en el destino. Aunque no se calló en ningún momento afortunadamente la cosa no fue a mayores. Cuando llegamos a la casa no podía parar de jugar con los primos y correr, estaba encantada y se durmió tarde.
Por la mañana en la playa no había quien la sacara del agua, y eso que estaba congelada. Eso sí, sacó en alguna ocasión su carácter y agasajó con su palabra preferida últimamente a algunas personas que se acercaron a saludarnos y que ella no conocía, me refiero al último hit “tonta” y que a mí me suelta cada vez que le digo algo contrario a lo que ella desea. Esto fue precisamente lo que ocurrió cuando se dio cuenta de que le estaba haciendo alguna foto por lo que tuve que terminar la sesión antes de que montara en cólera. Nos encontramos en un momento difícil porque se enfada mucho cada vez que no consigue lo que quiere y hay cosas en las que cedo porque no me parecen importantes y porque no quiero parecer la señorita Rotenmeyer y otras cosas en las que no cedo y en estos momentos no conseguimos contentarla ni dándole mil explicaciones, ni intentando que se olvide del asunto, ni de ninguna otra manera. Me parece muy pequeña para el grado de negociación que mantenemos durante todo el día, hay veces que es agotador. Un ejemplo de esto, aunque pueda parecer frívolo, es la ropa y los zapatos. Quienes sois habituales de este blog ya sabéis la pasión que tiene Teresa por los zapatos, y que no sé de quien ha sacado, puedo asegurar que no soy su ejemplo. Pues casi todos los días hay que discutir con ella para vestirla. En la playa su prima ha tenido que dejarle la parte de arriba de su bikini porque no paró de quejarse y llorar o ir detrás de ella por todos lados hasta que finalmente, cuando llegamos a la piscina accedió. La cara de felicidad era un poema, pero a mí no me gustan las niñas, y menos un bebé de dos años, con la parte de arriba de un bikini. Creo que la problemática ropa y complementos no ha hecho más que empezar con Teresa y, sin lugar a dudas, demasiado pronto.
Por otro lado, en el agua es como un pez. A principios de verano no quería usar los manguitos, tardamos en convencerla para que se los pusiese, pero en cuanto lo hizo se dio cuenta de la libertad que le daban y empezó a disfrutar del agua. En la piscina va suelta para la dirección que quiere y se moja la cabeza continuamente y dice que está buceando. Más que miedo al agua le tenía miedo a los manguitos, ahora no quiere que nadie la sujete, eso sí, todo el rato está pidiendo que la miremos para demostrarnos lo que hace.
Y así ha sido nuestro fin de semana, ya queda menos para las vacaciones.
Qué bonito fin de semana y que guapa está Teresa. Yo creo que lo de negociar es muy importante, aunque sea agotador, y aprender a ceder en las cosas que no son de vida y muerte también. Ah! A mi tampoco me gustan nada las niñas con bikini, o con las uñas pintadas o tacones... Creo que ya tendrán tiempo de hacerlo de mayores. Un beso!
ResponderEliminarSi es que tienen un caracter estos pekes¡
ResponderEliminarMe he identificado contigo y Teresa¡ Pitufo esta igual, no con los zapatos ni la ropa.. pero con tantas cosas... ;D
Que guapa esta Teresa!!! A mi tampoco me gustan los bikinis para las niñas ni los bañadores enteros, no me gustan, ya tendrán tiempo de ponerselos... Mucho animo corazón, siento q estéis pasando una etapa dura que sientas q os falta entendimiento pero seguro q es una racha , intenta dialogar lo máximo que puedas, por lo que cuentas necesita reafirmarse y sentirse independiente aunque sepa q no lo es, paciencia corazón. Muchísimos besos
ResponderEliminarJajaja, qué carácter! Y qué foto tan bonita, está preciosa!.
ResponderEliminarQue linda que es Teresa eh?
ResponderEliminarYo creo que es parte de la edad, se está haciendo cada vez más independiente y te lo está demostrando. Paciencia, poco a poco entenderá razones :)
Cariños!
Es una niña con mucha personalidad, no cabe duda. Como madre supongo que debes sentirte mal por tener que negociar constantemente. No es fácil, desde luego, pero creo que haces bien al ser flexible y no tratar de imponerte siempre.
ResponderEliminarNo se me habá ocurrido que fuera más miedo a los manguitos que al agua. Lo pensaré.
ResponderEliminarCómo me suena.Mi hijo lleva una semanas muy rebelde. Es agotador.
ResponderEliminarPor cierto, qué curioso lo de los zapatos. Algo tiene que haber en los genes que diferencia tan pequeños a niños y niñas.
Dos años es una edad estupenda para empezar con el bikini, jejeje. Menudo terremoto de enana tienes, y qué linda está!! Nada, a seguir creciendo a su lado.
ResponderEliminarBesos!!
Ira, ella sobre todo lo ha pasado genial, salvo los ataques de furia esos que le dan. Y sí hay que ceder, pero muchas veces no sé donde está el termino medio para hacerlo bien.
ResponderEliminarAnnie74, ya he leido que pitufo anda más o menos igual que Teesa, esperemos que pase pronto.
María, ya veras qué difícil, Pequeño Koala ya mismo estará igual, yo pensaba que estas cosas llegarían con la adolescencia, qué ignorante soy.
Carrusel de Sofía, no creas que no entiende, esos es lo malo, que lo entiende pero no le da la gana de hacer ciertas cosas, jajaja.
Mamá mimosa, es que si no negociase o cediese en muchas cosas estaría todo el día regañando y no me parece plan.
Mamá de parrulín, ese ha sido el caso de Teresa pero en cuanto se dio cuenta de la libertad que le proporcionaban ya no se los quiere quitar, ni salirse del agua, claro.
Mamareciente, ya verás con chiquinina, yo creo que son muy distintos desde pequeños, independientemente de las cosas que les inculcamos de manera inconsciente, por supuesto.
Carol, yo practico topless algunas veces pero ahora creo que voy a tener que hacerlo siempre para que se le quiten las ganas de llevar la parte de arriba, jajaja.
Desde luego sabe lo que quiere, ja, ja. A mi tampoco me gusta que tan pequeñas lleven la parte de arriba, pero si ella está mejor así...
ResponderEliminarQué bien que le guste tanto el agua.
Como soy recién llegada por aquí, no había visto a Teresa, es guapísima! y por lo que cuentas todo un carácter. Es normal que quiera llevar parte de arriba, lo ve en las niñas más mayores y le llama la atención. Igual si se la pones, en unos días se cansa y decide que va más cómoda de la otra manera. Los niños son así!
ResponderEliminarTeresa apunta maneras jejejeje, lo de la negociación es fundamental, aunque a veces sea agotador yo creo que la mejor manera.
ResponderEliminarEstá guapísima!
Besos
Pues sí que tiene genio!! jeje, eso de alguien lo habrá sacado ;)
ResponderEliminarEstá estupenda aunque no quisiera que le sacaras la foto
hola...pasaba por aqui y he decidido quedarme un rato...
ResponderEliminarme encanto tu entrada, yo pienso al igual que tu que en ciertas ocasiones en mejor ceder que enfrascarse en una discusión sin sentido.
La foto es preciosa.
un abrazo
Me ha encantado esta entrada.. porque veo que mi niña va por el mismo camino que la tuya.
ResponderEliminarMe dice mi marido que cuando podamos negociar con ella, cuando entienda mejor las cosas, podremos llevar mejor su carácter.. Pero por lo que veo, las negociaciones con niños de carácter no deben de ser tan faciles como lo pinta mi marido... Ya le he pasado el texto, ahora a ver que me dice! jaja
Besos y mucha paciéncia.