¡Viva el amor! En cuestión unos días parece que la atmósfera se ha impregnado de amor y un clima de romanticismo recorre todo el país y esto a mí me encanta. El beso de Iker Casillas a su novia, la periodista Sara Carbonero, en plena entrevista en un directo que veían en ese momento millones de personas fue el broche de oro que ponía final feliz al acontecimiento más seguido de las últimas semanas, el mundial de fútbol. Ese beso supuso además que el acontecimiento deportivo y la hazaña lograda por los jugadores traspasase el terreno de lo estrictamente deportivo para convertirse en una historia con todos los ingredientes del mejor guión cinematográfico, tal y como marcan los cánones narrativos. Un héroe (Casillas) que se encuentra inmerso en un conflicto (el campeonato) que lucha por conseguir un fin, enamorado de una mujer, que para más Inri también tiene sus propios conflictos, lucha contra fuerzas opuestas y es el momento en el que se plantea uno de los puntos de giro y clímax de la mitad de la historia. Me refiero a los comentarios y críticas de los que fueron objeto los personajes y finalmente ese final feliz con lágrimas del héroe (lo que lo convierte en más humano) y beso final tras conseguir cerrar todos los conflictos abiertos. Madre mía, no soy futbolera pero una historia así engancha a cualquiera, además teniendo en cuenta que me pierden las manifestaciones de amor públicas.
Pero esto no ha sido todo, hoy me he despertado escuchando la noticia de que Javier Bardém y Penélope Cruz se han casado en una ceremonia íntima en Bahamas. Es un claro ejemplo de que la realidad, muchas veces, supera la ficción. Se conocen desde hace años, cuando casi eran unos niños, sus vidas les han llevado por distintos caminos hasta que se han reencontrado y de qué manera. Todavía resuenan en mi cabeza las palabras que Bardem le dedicó a Penélope Cruz en el Festival de Cannes: “Mi compañera, mi amor, Penélope”. Casi me da un patatús de la emoción, teniendo en cuenta la imagen de duro malote que tiene Javier Bardem.
Después de toda esta ola de amor que me había contagiado plenamente, a lo largo del día ha llegado la realidad para implantarse como un jarro de agua fría con asuntos tan taciturnos como el debate sobre el estado de la nación.
Qué viva, qué viva! La historia de Iker y Sara es preciosa. La de Pe y Bardem me gusta menos, pero es que Bardem me cae como un tiro!
ResponderEliminarAy, Pilar... si es que somos unas sentimentales!!!
ResponderEliminarA mí Iker me encanta... Sara algo menos (envidia?). Y con los Bardem Cruz, me pasa al revés. Él me parece un maleducado y ella más normal. Pero igualmente... VIVA EL AMOR!!!!