Desde hace unos días Teresa atraviesa una etapa mucho más mimosa de lo habitual. Hemos tenido rachas de este tipo en otros momentos, sobre todo cuando era más bebé, pero es que ahora se nota mucho más porque es capaz de expresarlo verbalmente. Constantemente necesita que la coja en brazos, echarse encima de mí, ir de mi mano, seguirme o lloriquear si me levanto de su lado o incluso ir al baño con ella en brazos. Supongo que no tiene por qué haber una explicación para esto, que simplemente está viviendo una nueva etapa como me dice su padre, sin embargo creo que es por algo en concreto. Yo lo achaco a las últimas semanas de estrés y ajetreo que hemos vivido, con viajes incluidos y en los que Teresa nos ha acompañado por decisión mía. Para mi separarme de ella supone un gran sacrificio pero además temo lo pase mal, así que me acompaña a todas partes. Sin embargo, para evitarle un tremendo madrugón, además de la imposibilidad de que me acompañase a un examen, una de estas noches no durmió conmigo, sino con mi cuñada. Sé que durmió toda la noche y que además no lloró ni nada por el estilo (yo sí) pero es justo desde entonces cuando noto esta actitud en ella. Además ahora, aunque está con papá como siempre cuando yo no estoy presente, en cuanto regreso sólo quiere estar conmigo, no quiere hacer nada con él ni separarse de mi lado. El caso más extremo lo vivimos ayer cuando ella estaba sentada en mis piernas y mientras papá me abrazaba por la espalda ella le iba retirando las manos y quejándose al mismo tiempo, no quiere ni que me toque, se ve que me quiere para ella al 100%.
No voy a negar que es algo muy gratificante, la verdad, pero al mismo tiempo también puede resultar agotador, espero que no se me entienda mal. Un ejemplo de esto es que ayer mismo después de ducharnos, juntas por supuesto, mientras nos vestíamos y yo iba recogiendo algunos trastos por la casa y preparando sus cosas para salir, me seguía a todos lados pidiéndome que la tomara en brazos y sin parar de preguntar “mamá o vamos?” (dónde vamos), todo esto acompañado de lloriqueos. Desde que salimos de la ducha hasta que nos vimos en la calle transcurrió algo más de una hora en la que no paré de escuchar su vocecilla repitiendo las mismas frases una y otra vez sin importarle que le contestase todas y cada una de las veces que preguntó. Únicamente dejó de preguntar cuando llegamos al sitio donde íbamos, porque el trayecto en coche su vocecilla seguía como un eco lejano que mi mente ya no podía asimilar. Ahora espero cargarme de paciencia porque ayer, entre las prisas, intentar no olvidar nada y el calor los nervios los tenía de punta, y esto solo acaba de empezar.
Se de lo que me hablas, nosotros ya hemos vivido unas cuantas epocas de esas. De hecho, mañana nos vamos de vacacioes y seguramente comenzará otra...
ResponderEliminarEl unico consejo que te puedo dar...mucha paciencia!! aunque sea agotador, ellos en esos momentos nos necesitan mucho.
Un abrazo.
Te comprendo, esa dualidad de sentimientos, verdad?. Yo te leo con cierta envidia, mi hijo de momento no es nada cariñoso y tengo ganas de que se exprese de ese modo que lo hace Teresa, ¡aunque se convierta en una lapita!.
ResponderEliminarMira no sabía si me estabas halbando de ti o de mi..., con eso te lo digo todo.
ResponderEliminarYo tengo una garrapata que se engancha a mi pierna y no me deja ni caminar. Solo dice: aviba, aviba (arriba) y a-mamá, a-mamá (con mamá). Y encima tengo que aguantar a su padre todo el día diciendome que el niño está enmadrado que si tal y que si cual. Como yo le digo, si el niño quiere estar conmigo por algo será, no?.
El otro día incluso de me dijo mi cuñada medio de coña, oye pero que le habeis hecho a este niño que se cree quele vas a abandonar en cualquier momento?.
A mi me encanta, egoistamente hablando, que para el yo sea la más importante, pero x otra parte, sufro por el xq me da miedo que sienta de verdad ese miedo a que le abandone o algo. Pero si me paso el día entero con él (salvo cuando está en la escuela, en la que se encuentra super feliz).
La verdad que es agotador, pero bueno serán eso, rachas...
Aunque sirva de poco es un consuelo saber que todos los niños pasan por lo mismo porque muchas veces he pensado que quizás pueda estar haciendo algo mal. Mamá cc, Teresa, aunque nunca ha querido estar sentada en una hamaquita ni nada por el estilo ya que prefiere los brazos, no siempre ha sido cariñosa. Antes no quería saber nada de besos ni carantoñas y se zafaba enseguida.
ResponderEliminarGracias a todas por comentar.
Llego tarde, pero bueno, espero q lo puedas leer. Mi peque es igual, tiene una mamitis inmensa, hay epocas q es menos intensa y epocas q es mas fuerte. Pero normalmente es constante, a su papi lo quiere con locura pero como este yo y tenga el dia mamitis intensa no quiere ni q le de de comer. Se abraza a mi pierna, me pide brazos, siempre le duermo yo, etc, etc. Hay dias q no podia ni respirar y terminaba desquiciada. Pero reconzco q me enorgullece q mi peque me quiera tanto y me prefiera al resto del mundo. Como siempre digo, cuando sea adolescente y no quiera ni q le tosa, me acordare de estos momentos.
ResponderEliminarMi bruji es muy pequeña todavía y no nos ha pasado de momento, pero creo que todos (o casi todos) pasan por ello, cómo no van a tener mamitis si están "todo el día" con nosotras!
ResponderEliminarhola Nuria, he llegado a tu blog atraves de Ana la mami de creciendo con David, queria decirte que tienes una princesa muy hermosa, y que me he leido tu blog un poco hasta aqui,donde dejo el comentario, me ha encantado, no tengo niñas, tengo dos chicos, practicamente dos bebes, se llevan 20 meses, pero en ti he encontrado algunas respuestas a este mundo de ser mamá, queria decirte que Teresa es muy afprtunada de tener una mam icomo tu, y aqui seguiré, leyendote, un beso y si quereis conocerme alli te espero !! buen dia !!
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