Hace ya más de un mes que Teresa intenta dar sus primeros pasos, aunque eso sí, sin soltar mis dedos. A pesar de que no se ve segura para caminar no quiere hacer otra cosa que practicar esta nueva destreza que le abre un mundo lleno de posibilidades. Sus primeros pasos la han convertido en una personita mucho más curiosa de lo que ya era y mi espalda está más fastidiada de lo que ya estaba. A cada momento pide ir al suelo y va de un sitio a otro, y yo con ella, como una loquita.
Me imagino que debe ser muy motivador descubrir que te conviertes en dueña de tus actos, así que:
¿Qué habrá en esta habitación tan oscura?... vamos a verlo…, que me encuentro un objeto en el suelo… pues vamos a intentar cogerlo que no me caeré porque ya está ahí mi madre que me sujeta…, ahora quiero ver qué se cuece aquí o allá… pues vamos a dar mil vueltas por el mismo caminito no vaya a ser que en cuestión de segundos haya cambiado algo… Ahora encuentro una pelota, umm pues a tirarla y a correr detrás de ella. Ahora es un cuento lo que quiero y aunque no pueda con él lo tengo que llevar de todos modos por toda la casa…
Todo esto y mucho más… El colmo fue el otro día cuando ya intentaba llevarse en su recorrido un taburete más grande que ella.
Como podéis imaginar el resultado es agotador. Esperemos que coja confianza (y yo también) y se suelte cuanto antes. Al menos ya ha soltado una mano porque no le queda más remedio si quiere arramplar con todo lo que encuentra en su camino.
(En la foto está sentada y muy tranquila. Ya dejaré algún video de sus primeros pasos aunque por ahora lo veo difícil porque tengo que ir con ella).
Me imagino que debe ser muy motivador descubrir que te conviertes en dueña de tus actos, así que:
¿Qué habrá en esta habitación tan oscura?... vamos a verlo…, que me encuentro un objeto en el suelo… pues vamos a intentar cogerlo que no me caeré porque ya está ahí mi madre que me sujeta…, ahora quiero ver qué se cuece aquí o allá… pues vamos a dar mil vueltas por el mismo caminito no vaya a ser que en cuestión de segundos haya cambiado algo… Ahora encuentro una pelota, umm pues a tirarla y a correr detrás de ella. Ahora es un cuento lo que quiero y aunque no pueda con él lo tengo que llevar de todos modos por toda la casa…
Todo esto y mucho más… El colmo fue el otro día cuando ya intentaba llevarse en su recorrido un taburete más grande que ella.
Como podéis imaginar el resultado es agotador. Esperemos que coja confianza (y yo también) y se suelte cuanto antes. Al menos ya ha soltado una mano porque no le queda más remedio si quiere arramplar con todo lo que encuentra en su camino.
(En la foto está sentada y muy tranquila. Ya dejaré algún video de sus primeros pasos aunque por ahora lo veo difícil porque tengo que ir con ella).
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