lunes, 14 de diciembre de 2009

¿Para cuándo la verdadera conciliación?



Estos días no he tenido mucho tiempo de escribir. Bueno, a decir verdad, he tenido tiempo durante los fines de semana pero he preferido, como siempre, aprovecharlo en pasarlo con Teresa. Las largas jornadas de trabajo unidas a las noches con algunos despertares hacen que cuando llega el sábado la única idea que tengo en la cabeza es intentar dormir un poco más y luego estar todo el día con la pequeña.
Las últimas semanas en el trabajo han sido de un ritmo frenético, con continuas salidas para ruedas de prensa y otros actos que se suman al trabajo posterior de redacción. Esto se traduce en que, a diferencia de los días normales, no me ha quedado nada de tiempo para el blog. Sin embargo por aquí no iba el título de hoy y es que por mi cabeza no pasa otra cosa en estos días que la maldita conciliación. Las políticas de conciliación de la vida familiar y laboral no son reales, al menos en mi gremio, el de la prensa. Intentar cuadrar horarios, reducir jornada o adaptar la duración y distribución de la misma para compatibilizar trabajo y familia es una empresa imposible. No dudo que no habrá privilegiados que puedan hacerlo, claro, pero el currito de turno nada de nada. Y que ni siquiera se te ocurra plantearlo porque te puedes ver de patitas en la calle.
En fin, que se puede decir que la verdadera conciliación en mi caso está en los abuelos y tíos de Teresa. Gracias.
En vuestro caso, ¿cómo es?

No hay comentarios:

Publicar un comentario