Por las mañanas se despierta de
buen humor, y a veces incluso con muchas ganas de hablar, de cualquier cosa. El
carácter le puede cambiar radicalmente si la ropa que he preparado no le gusta.
No quiere abrigarse y siempre, siempre, siempre preferirá vestido antes que
pantalón.
Le gusta bailar y se inventa todo
tipo de coreografías, pero no lo hace para ella, quiere que la mire todo el
rato, sin perder detalle. También le gusta la música, aunque siempre es reacia
a escuchar algo nuevo y nunca, bajo ningún concepto, permite que yo cante. Como
no le hago caso en mi casa las canciones suelen terminar en enfado.
Es familiar, le gusta estar con los
abuelos y los primos y los echa de menos cuando no los puede ver. Le interesan
las cosas del pasado que ella no ha vivido y cómo era nuestra vida de pequeños.
Es mimosa y le gustan las caricias.
Al mínimo descuido está pidiendo que le acaricies la espalda. No tiene
cosquillas en los pies. Es de risa fácil y le encanta gastar bromas. Hay
momentos en los que algún comentario absurdo le hace reír tanto que le cuesta
respirar y te pide que pares.
No tiene ningún reparo en decir te quiero pero cuando más los regala es
en los momentos en los que se recuesta a mi lado o cuando se va a dormir.
Entonces sus te quiero van
acompañados de abrazos, besos y comparaciones infinitas (hasta la luna y más, todas las estrellas y los planetas y vuelta…), y
te aprieta tanto que de verdad sientes que te adora más que a nada en este
mundo.
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