Resulta un tanto extraño el modo en que Teresa asimila
los cambios en su vida, al menos a mí no deja de sorprenderme cómo para las
cosas que yo creo supondrán un paso importante reacciona con absoluta
normalidad y sin embargo algunas pequeñas modificaciones en su rutina pueden
suponer un mundo.
El cambio de ciudad lo asimiló con alegría y entusiasmo,
como una oportunidad de seguir descubriendo el mundo y con mucha confianza. Ya
he comentado alguna vez que Teresa se siente muy segura y nada le extraña
siempre que papá y yo estemos a su lado. Así fue también como se adaptó, para
nuestra sorpresa a la guardería, a la que asiste de 9.30 a 13.30 cada día con
muchísima ilusión y de la que vuelve contándome con todo detalle hasta las
conversaciones que mantienen las cuidadoras. Conoce por su nombre no sólo a su seño y sus compañeros, sino a todas las seños y a numerosos niños de otras
clases, a los cocineros, las limpiadoras y hasta los abuelos de algunos de los
pequeños que acuden a recogerlos. Al principio le bastó creer que yo estaba las
cuatro horas en la puerta de la guardería para sentirse tranquila aunque ahora
empieza a sentir serias dudas de que esto sea así y me acosa a preguntas.
(Tengo que tener mucho cuidado en llevar las mismas cosas a la hora de
recogerla que en el momento en que la llevé, tipo paraguas).
Con esta actitud Teresa pone en evidencia que yo soy la
única a la que le ha costado un poco el cambio y que, a pesar de esta feliz y
segura porque estemos los tres juntos, echo de menos mi ciudad, la familia, los
amigos y podría decir que hasta el trabajo, porque en estos tiempos que corren
creo que me costará mucho encontrar otro.
En cambio Teresa para otros temas es muy suya, yo diría
que hasta un poco maniática. Por ejemplo si ve por primera vez algún tipo de
objeto que esté colocado en un determinado lugar y de cierta manera, eso es el
evangelio y que nadie ose a cambiarlo de forma o de lugar que te mira amenazante
y ofendida diciendo “¿esto que hace aquí?”. Lo mismo ocurre con los juegos o
con las historias que le cuento, si la primera vez lo hemos hecho de una forma,
para ella eso parece que sienta cátedra y será así de por vida.
Jajajaj la peque es tremenda! Me alegro mucho de que se haya adaptado bien. Para ti micho animo guapa, date tu tiempo. Un abrazo
ResponderEliminarque DIVINA tu princesa!!
ResponderEliminarGiulia tiene cinco meses y la super disfruto cada dìa es màgico, tengo tb un principito de seis q es super dulce y adora su hermanita, me ha encantdo leerte
saludos desde Roma
Anabella
Petit Bebe
Genial que Teresa se haya hecho a los cambios sustanciales que son a los que es difícil hacerse... los de tipo rutina...es normal que se rebele, al fin y al cabo las rutina les da seguridad...
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