viernes, 22 de octubre de 2010

A pegar también se aprende

Teresa ya ha aprendido a pegar sus primeros manotazos. No sé si es cierto lo que dicen algunos sobre que los niños que van a guardería aprenden antes. El caso es que Teresa mantiene un contacto diario con los primos y sin embargo no ha aprendido de ellos, claro que, al ser más mayores, la suelen proteger.

Recuerdo este verano la cara que se le quedó cuando tan contenta y entusiasmada me pidió ir a jugar con una niña de unos tres años que había en una plaza y cuando llegó a su lado ésta, sin mediar palabra, le arreó un guantazo bien fuerte en la cara. Qué decepción, las lágrimas le rodaban por toda la cara y me miraba con curiosidad como esperando una explicación a ese gesto sin sentido. Yo no pude más que consolarla y tomarla en brazos. Creo que era la abuela de la niña la que se acercó y regañó de muy mala manera a la pequeña por aquello. Yo intenté disimular como pude lo muy petarda que me pareció la niña y la disculpé con la típica frase de “son niños”. Al fin y al cabo es verdad, pero la rabia no me la quitó nadie. A los pocos minutos Teresa ya quería volver con ella y yo, pese a mis temores, tuve que acceder diciéndome a mí misma que habría que darle otra oportunidad y quitarle hierro al asunto, no fuese a ser que Teresa se asustase. Allí volvimos las dos y parece que convencí a la pequeña para dar un paseo por la plaza las tres cogidas de la mano. Teresa estaba tan feliz que debió pensar que el guantazo había sido por error cuando de repente la dichosa niña se para y le suelta otra bofetada. Ganas me dieron de comerme a la niña pero lo único que hice fue de nuevo tomar a Teresa y consolarla ante tan inexplicable acto. No estaban compitiendo por nada, no había juguetes que compartir, ni lógica alguna para aquello. Esta vez la abuela se levantó y le dio uno buen zarandeo al que se sumaron unos cuantos cachetes en el culo. En este momento entendí mejor el comportamiento de la pequeña, ¿cómo pretendía esa mujer corregir una actitud haciendo justamente lo mismo que lo que pretende evitar?

Una muestra de la confianza en el género humano de Teresa es que, a pesar de lo sucedido, no se resignaba a evitar a aquella chiquita, es más quería volver con ella, así que no me quedó otra que alejarme del lugar.

Hasta el momento la destinataria de los tortazos, mejor los llamaré manotacillos, he sido solamente yo. Siempre se producen por frustración, porque no la dejo hacer algo que quiere hacer. La mayoría de las veces tengo que controlar mi expresión porque, sinceramente, me hace mucha gracia ver la cara que me pone como avisándome de lo que viene y esperando ver mi reacción. Por ahora siempre actúo igual, preguntándole “¿mamá te pega a ti? La muy pícara responde “no, egar no, etitos” (pegar no, besitos), acto seguido me abraza y yo me la como a besos.

¿Alguien ha pasado ya por esto? ¿Cuál es la mejor manera de actuar?

11 comentarios:

  1. Qué niña tan repelente! A nosotros nos pasó una vez algo parecido con un niño y, de verdad, que me tuve que aguantar para no arrearle, ja, ja. Lo peor fue que quien estaba con él no le dijo nada. Y mi hijo se quedó el pobre con una carita!

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que es una situacion complicada... debes aducar a Teresa pero tambien debes protegerla, uf!

    Yo creo que en ese aspecto voy a tener muuuchos problemas, porque ni tengo tanto talante como tu ni soy tan buena como Teresa...

    ResponderEliminar
  3. Pues yo a mi hijo le he visto algún amago conmigo y no creo que lo haya visto en ningún sitio, además de que es muy pequeño. Yo creo que es un gesto instintivo.

    ResponderEliminar
  4. Yo aún no he tenido esa experiencia con mi niña. Pero creo que tu reacción a sus manotacillos es la mejor, responder con cariño y comprensión, después de todo es la expresión de sus sentimientos, nada personal contra tí, creo yo.
    En cuanto a la otra niña, en fin, después de todo me compadezco de la ella, cuántas bofetadas no habría recibido sin sentido alguno (que ningún castigo tiene sentido), para tratar de igual manera a tu hija o a cualquier otr@ niñ@.

    ResponderEliminar
  5. Pues vaya niña,porque sin razon ninguna dos tortazos agg,mi peque aun no pega,pero con el grande pasamos por eso no mucho la verdad nunca a sido de pegar solo a levantado la mano si le quitaban algo o si le pegban a el,la profe me dijo que es normal que todos los niños pasan por eso que ellos no saben hablar entre ellos o con nosotros y es su unica manerea de reacionar

    ResponderEliminar
  6. Puede que lo de pegar sea algo normal en todos los niños pero está claro que no puedes enseñar a no pegar pegando unos azotes

    ResponderEliminar
  7. te quedas con una cara verdad??? a mi bichito le pasa lo mismo, dos vecinitas un poco mayores (poco varios meses) ya le han soltado alguna galleta, mi solución? no juntarme, si no las saben educar es cosa de sus padres. Que penita cuando ves que tu hij@ está recibiendo y tu no puedes hacer nada, argggggggggggggggg!!!!!

    ResponderEliminar
  8. Laky, es cierto, la cara que se les queda es de alucine.

    Leia, ya verás cómo la paciencia se te multiplica por mil, yo nunca mi inaginé que tuviese tanta...

    Mamácc, puede que tengas razón y sea instintivo, creo que he sido demasiado categórica en el título y la verdad yo no soy una experta en el tema.

    Cristina, hasta ahora es bien fácil responder con cariño, el problema creo que llegará más tarde cuando de verdad se esté en una etapa de rabietas o se niegue en rotundo a cualquier cosa. En esos momentos creo que como nos pille cansados sí que hay que tener cuidado de no reaccionar mal.

    Marta, yo creo que es algo muy normal en los niños, otra cosa es que sea su única forma de conseguir lo que quiere.
    Lamamadeunabruja, estoy totalmente de acuerdo contigo.

    Bichito, menudo problema siendo vecinas!

    ResponderEliminar
  9. Pues tal como lo cuentas quizá no sea para preocuparse, depende de si sabe o no lo que está haciendo. Mi hijo tuvo 3 o 4 dias hace poco en que pegaba en la guardería. Me sorprendió mucho y creo que lo hacía al ver a otros niños hacerlo allí. De momento nos ha funcionado bien hablar con él y explicarle que eso no está bien, que no hay que pegar, y que si lo hace los niños no querrán jugar con él.

    ResponderEliminar
  10. El mío, tuvo una racha que soltaba la mano pero en casa, Yo creo que era jugando xq era muy pequeño y en la escuela nos dijeron que nunca había pegado a nadie. Al contrario.
    Ahora con casi 2 años, alguna vez cuando se cabrea, viene y me da un torta en la mano. Me pongo muy seria y le digo no se pega, mama se pone triste y dejo de hacer con el lo que esté haciendo hasta que me pide perdón. De momento la cosa no ha pasado de ser algo anecdótico. Pero ya veremos como sigue la cosa...

    ResponderEliminar
  11. Puff mi hija cuando empezó la guardería y se le juntó el nacimiento de su hermano pasó por una racha realmente mala de pegar. Yo lo pasaba fatal en el jardín o cuando estábamos con amigos. Los otros niños la tenían miedo. Mordía, pegaba, arañaba. Fue horrible. Para mi que lo aprendío en la guardería. Pero te diré que ni su padre ni yo lo admitimos nunca, al principio era decirselo bien, al final a broca limpia porque era algo que no se podía admitir. Vamos que algunos niños se llevaron la marca de los dientes de mi hija a casa. Es muy complicado porque muchas veces no te hacen ni caso y te sientes impotente. Nosotros lo corregimos castigándola. Si pegaba la montábamos al carrito a ver cómo los demás niños jugaban y ella no podía porque habñia pegado y poco a poco se fue dando cuanta de que eso no se hacía. Ahora ya no pega casi nunca y la verdad es un alivio muy grande!

    ResponderEliminar