martes, 10 de agosto de 2010

Una época mágica


Cada día de este verano Teresa nos sorprende con nuevos avances y es que estamos viviendo una época mágica en el desarrollo de un niño. Ella es la auténtica protagonista y nosotros los privilegiados espectadores en primera fila.

Ayer por primera vez fue consciente de lo que es la vergüenza. Mientras miraba hipnotizada a un bebé que jugaba con sus padres sentados en una plaza junto a nosotros quiso acercarse para tocarla pero, por supuesto, quería que yo la acompañara. Una vez allí le tocó las manos, compartió risas y cuando su padre le preguntó por la edad le dio una risilla nerviosa y escondió su cabeza en mi pecho. Le pregunté que si le daba vergüenza y entendió enseguida que estaba etiquetando ese sentimiento que había experimentado. Desde entonces a cada pregunta volvía a esconder su cabeza y repetía riendo “vergüenza”, bueno, en su lengua.

Ya hace unos días que cuando estamos en una plaza o un parque ella misma se sorprende alejándose un poquito más de mí. Creo que le gusta sentirse independiente y hay veces que se arma de valor para avanzar bastante hasta volver la cabeza y regresar corriendo hacia mí. Es como si poco a poco este círculo tan estrechito nuestro, que nos mantenía muy unidas, como en un pequeño conjunto cerrado, poco a poco se fuese haciendo más grande. Me da pena pensar que llegará un día en el que ni siquiera girará su cabeza para ver donde está mamá.

En las relaciones con otros niños también ha cambiado. Siempre le ha gustado relacionarse, pero el otro día fue a jugar con el grupo de niños de unos amigos, todos algo mayores que ella, y estuvo mucho rato sentada con ellos en el suelo compartiendo juguetes. Iba y volvía sin pedirme que la acompañara y en todo el rato que compartieron juguetes no hubo ni un solo conflicto, algo raro.

Otra cosa que también me llama la atención es que se preocupa mucho por lo que pasa a su alrededor, especialmente a los niños. Si escucha algún llanto enseguida me pregunta “¿qué pasa?” o “¿Qué pasa a bebé?” y a veces hasta ella misma busca alguna respuesta como “quere agua” o “a coja mamá”. Esto me hace dudar entre si tiene una gran empatía o simplemente es una cotilla.

6 comentarios:

  1. jajajaja, seguro que es que tiene una gran empatía, mujer!!!!

    Es fantástico verlos crecer, eh? aunque estoy contigo en que no se puede evitar sentir cierta penilla al ver como se van abriendo al mundo y distanciando de nosotras...

    ResponderEliminar
  2. Que rica¡¡¡Hay que aprovechar estos momentos que como bien dices llegara un dia en que no quieran ni vernos.
    Julito cuando le da verguenza que le miren en el metro me llama, pone esa sonrisa suya y se tapa los ojitos con los puños o se acurruca en el coche escondiendose. Me hace una gracia¡¡

    ResponderEliminar
  3. que bonito! yo estoy entre la envidia y las 'ganas de que no crezca' esa etapa en que los peques hablen a su manera me parece tan preciosa... cuando esté ahi mi Pablo es que me lo comeré vivo!

    ResponderEliminar
  4. Estimada Nuria,

    Buenas tardes. Soy Natalia, Responsable de Comunicación de Paperblog. Quisiera disculparme por dejarte un comentario en el blog, pero no he encontrado otra manera de contactarte. Tras haberlo descubierto, me pongo en contacto contigo para invitarte a conocer el proyecto Paperblog, http://es.paperblog.com, un nuevo servicio de periodismo ciudadano. Paperblog es una plataforma digital que, a modo de revista de blogs, da a conocer los mejores artículos de los blogs inscritos.

    Si el concepto te interesa sólo tienes que proponer tu blog para participar. Los artículos estarían acompañados de tu nombre/seudónimo y ficha de perfil, además de varios vínculos hacia el blog original, al principio y al final de cada uno. Los más interesantes podrán ser seleccionados por el equipo para aparecer en Portada y tú podrás ser seleccionado como Autor del día.

    Espero que te motive el proyecto que iniciamos en Enero con tanta ilusión. Échale un ojo y no dudes en escribirme para conocer más detalles.

    Recibe un cordial y afectuoso saludo,
    Natalia

    ResponderEliminar