martes, 19 de enero de 2010

Lactancia materna



La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda como imprescindible la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida del recién nacido. No voy a enumera las múltiples ventajas para la salud del bebé que conlleva la lactancia porque no soy una experta, únicamente podría relatar lo que he leído. Sin embargo sí que puedo mencionar las ventajas emocionales que supone tanto para la madre como para el bebé porque eso sí lo he vivido en primera persona. El sentimiento de unión íntima, los momentos de tranquilidad en el silencio de la noche, las manitas de tu hija buscando mis dedos y acariciando mi mano mientras mira hacia arriba para sonreírme me han aportado los que posiblemente hayan sido los instantes más felices de mi vida. Pero también tengo que decir que no todo fue coser y cantar porque desgraciadamente la información y asesoramiento con el que conté fueron muy escasos. A pesar de mis clases de preparación al parto, las múltiples lecturas sobre el tema y el haber sido tía que vive los acontecimientos muy de cerca, lo cierto es que todo esto sirvió de poco a la hora de la verdad.
Yo siempre estuve convencida de que quería amamantar a mi hija y así me dispuse a hacerlo en cuanto estuvo a mi lado después del parto a pesar de que, lo confieso, tuve un momento de mucho miedo que todavía hoy no acierto a explicar. Toda la noche la pasamos con Teresa en el pecho hasta que, por pura intuición y agotamiento, acerté a ponerla junto a mi tumbada en la cama y así terminamos la noche y pasamos gran parte de la mañana.
Luego llegaron las grietas y lo que es peor, los consejos sobre el tema a los que, por fortuna, poco caso hice. Lo de las grietas se pasó rápidamente puesto que en la visita a la matrona (que recuerdo como muy cariñosa y amable) me recomendó una pomada que hizo milagros. Además poco a poco madre e hija íbamos haciéndonos unas expertas y la postura fue mejorando. Sin embargo, es normal que una madre primeriza llena de dudas y de temores se vea confusa sobre si su hijo se estará alimentando bien cuando no para de verlo llorar. No hay duda de que si ves un biberón vacío sabes que el bebé ha comido bien. Una mañana de desesperación y con el tradicional baile de hormonas que me hizo llorar telefoneé a una liga de lactancia materna donde algunos consejos también me sirvieron. Unos pocos días más tarde fue el pediatra el que también me dio unos consejos que me tranquilizaron y me dieron confianza y a partir de ahí todo fue sobre ruedas.
En definitiva sólo digo que es muy fácil que la lactancia fracase porque los primeros días pueden ser de incertidumbre, porque, al menos en mi caso iba poco preparada y además en el caso de mis hermanas no supieron llevar adelante la lactancia con lo cual no tenía referentes cercanos. Pero yo me propuse después de todas estas experiencias convertirme en una defensora a ultranza de la lactancia y, sobre todo, informar a mis amigas en el momento de sus embarazos de todas aquellas cosas importantes que debes saber y que nadie te cuenta.

2 comentarios:

  1. Parece increible que una cosa tan natural sea, al mismo tiempo, tan difícil. Yo estaba convencidísima de que quería dar pecho a mi hijo (y también lo haré con el segundo) pero qué difícil fue al principio. Estuve a punto de desertar. Los primeros meses fueron difíciles pero luego, a pesar del cansancio, se disfruta un montón. Verle tan tranquilito, pegadito a tí, cuando todo está en silencio, te da una paz y una ternura tremenda.
    Saludos

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  2. Yo,no era de las partidarias de dar pecho pero segun tuve a mi primer hijo y me lo pusieron sobre el pecho y empezó a mamar .
    Fue una experiencia maravillosa y le di pecho hasta los 15 meses y se lo quité porque ya estaba tremendo y me daba un poco de apuro darle ,estando tan grande.
    Luego tuve una nena y repetí la experiencia.
    un saludo;)

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